Baños termales de Lares tiene tres piscinas con alta composición de minerales. La temperatura de sus aguas oscila entre los 36 y 44 °C. Además de los relajantes baños, es buen lugar para avistar aves

Para llegar a este destino, es necesario tomar la carretera que va del Cusco al Valle Sagrado, pasando por Písac y sus maravillosos andenes, para luego, a la altura de Calca, ingresar por una ruta afirmada que se dirige a los remotos pueblos de la selva de La Convención. Pero antes, muy cerca de Calca, asoman los baños termales de Machacancha y las ruinas de Arquasmarca, y más pronto de lo que uno cree ya se está con un pie y medio en la Plaza de Armas de Lares, a 3,250 metros de altura.

Lares es bastante pequeño: unas cuantas casitas arrimadas por el río, y una bonita iglesia. Si uno entra a una bodega se puede dar inmediatamente cuenta de cual es la demanda: artículos de pan llevar y licores, en igual proporción. Eso sí, los pocos restaurantes tienen una estupendo café pasado.

Nos dirigimos a los baños termales de Lares, ubicados a un kilómetro del pueblo de Lares. Sabíamos que sus aguas tenían una vasta composición química: calcio, magnesio, sodio, potasio, hierro, manganeso, zinc, boro, cobre, cloruros, sulfatos y bicarbonatos. “En dos semanas te curas de cualquier enfermedad”, suelen decir los lugareños. Lo sorprendente, teniendo en cuenta, la precariedad del pueblo, fue encontramos con uno de los mejores establecimientos termales del Perú. La mayoría de las pozas (con temperaturas entre 36ºC y 44ºC) de piedra pulida están al aire libre, y hay una ducha natural cuyo chorro de agua baja por una roca en forma de pared. La higiene es una agradable característica del lugar. Y, si deciden acampar, como lo hacen algunos viajeros, pueden disfrutar de un mágico baño nocturno.

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GUIA DE VIAJE DEL DEPARTAMENTO DEL CUSCO